LOS QUE BUSCAN A DIOS, NADA TIENE QUE TEMER.

DEVOCIONAL DIARIO
Busqué al Señor, y él me respondió; me liberó de todos mis miedos.
Salmo 34: 4.
Cuando hizo este Salmo, David estaba pasando por tribulaciones y persecuciones. Ante un escenario espantoso, David buscó al Señor y recibió la liberación de manos de Abimelec. Enfrentar el miedo es parte del aprendizaje en la vida cristiana. Habrá momentos en los que el miedo podrá impedirle cumplir la voluntad de Dios, y en esos momentos debemos hacer lo que hizo David: ¡busquen al Señor!
El miedo puede paralizarnos ante desafíos que exigen fe y audacia. No podemos conformarnos con esta situación. Si siente que no puede avanzar con fe, vuélvase a Dios de quien proviene toda la fuerza y el poder. Dios responde a quienes verdaderamente los buscan y los libera de los temores que les impiden hacer la voluntad del Padre.
Quien busca a Dios no se queda sin respuesta!
- ¡No temas abrir tu corazón a Dios! Háblale de tus miedos y de lo que te aflige.
- Lee la Biblia. Cuando meditamos en la Palabra de Dios, aclaramos nuestro entendimiento y fortalecemos nuestra fe.
- Busque el Espíritu Santo. Él es nuestro ayudador y nos guía a través de las dificultades.
A orar: Señor Dios, quiero pedir perdón por mi falta de fe. Perdóname por las veces que tuve miedo de hablar de Tu amor. Quiero confiar más en Ti, por eso me pongo en tus manos. Señor, líbrame de las ataduras del miedo y derrama tu paz y tu alegría. ¡Que mi boca sienta el placer de alabarte en cualquier momento y en cualquier lugar! Hay libertad donde tu Espíritu habita, habita en mi corazón, en el nombre de Jesús. ¡Amén!